Abarcando decenas de valles entre las regiones del Tirol del Sur, el Véneto y Friuli, los Dolomitas son una de las cadenas montañosas más singulares de los Alpes.
Le Corbusier, uno de los más célebres arquitectos del siglo XX, los definió como “la más bella obra arquitectónica del mundo”. También la UNESCO fijo su mirada en los Dolomitas, al declararlos Patrimonio de la Humanidad en el año 2009.
Pero, ¿qué hace de estas montañas algo tan especial? A diferencia de otros macizos integrados en la cordillera de los Alpes, los Dolomitas albergan montañas con impresionantes muros de roca, torres, pináculos y curiosísimas formaciones de roca, así como sistemas kársticos y glaciares. A menudo, con cimas superiores a los 3000 metros de altitud, que se admiran majestuosas desde valles sinuosos o verticales, donde encontramos impresionantes bosques y pintorescos pueblos en los que se mezclan las culturas italiana, alemana y la ladina, propia de algunos de sus habitantes.
¿Y el nombre? La denominación Dolomitas proviene del geólogo francés Dieudonné Dolomieu, quien a finales del siglo XVIII descubrió las propiedades de una roca caliza rica en mineral, abundante en la zona y hoy denominada dolomía en su honor.
La dolomía es una roca blanquecina, si bien los reflejos del sol la tornan anaranjada a primera y última hora del día. En cuanto a la formación de la roca, hace 250 millones de años los Dolomitas eran una acumulación de corales y conchas sumergidos en el mar. Por esta razón, en la zona es habitual hallar fósiles marinos.
Para el turismo y el ocio, los Dolomitas son un paraíso para los amantes del esquí, los deportes de aventura o el senderismo. En total, sus montañas albergan más de 1200 kilómetros de pista de esquí, con algunos destacados centros invernales, como Santa Madona di Campiglio o Cortina d’Ampezzo, sede de los Juegos Olímpicos de Invierno en 1956.
Los escaladores también hallan en los Dolomitas un gigantesco botín. Algunas cumbres míticas son las Tres Cimas de Lavaredo o La Marmolada, el pico más elevado del conjunto (3342 m).
Finalmente, la práctica del senderismo es factible en prácticamente todos los valles de los Dolomitas, con preciosos senderos para todo tipo de público, transitables a partir de finales de primavera. En muchas ocasiones, las rutas cuentan con el apoyo de remontadores mecánicos y están salpicadas de cabañas en las que refrescarse o comer algo.
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Web oficial de Turismo de Italia: Dolomitas, las montañas rosas